La Podología es la especialidad de la medicina que tiene por objeto el estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías y alteraciones en los pies. El Podólogo es la persona encargada de diagnosticar y tratar dichas afecciones en el pie, teniendo conocimientos en diversos campos como: biomecánica de la marcha y ortopodología, podología física y deportiva, cirugía podológica, quiropodología, podología pediátrica y geriátrica, etc.
Aunque dentro de la quiropodología este la función de quitar helomas (callos) y cortar uñas, tenemos que olvidarnos de la función del antiguo “callista” o “quiropodista” dedicado a esta exclusiva practica.
EXPLORACIÓN Y DIAGNÓSTICO
Exploración del aparato locomotor en conjunto para la determinación de malformaciones y patologías que puedan existir, dando lugar a un diagnóstico preciso, para posteriormente poder aplicar el tratamiento necesario.
QUIROPODOLOGÍA
Es la parte de la podología que engloba el tratamiento preventivo de las distintas patologías, tales como helomas (callos), hiperqueratosis (durezas), micosis (infección por hongos), papilomas (verrugas plantares) y todas las patologías que afectan a las uñas.
ORTOPODOLOGÍA
Parte que hace referencia al tratamiento ortopédico de determinadas patologías podológicas haciendo uso de ortesis de silicona y/o ortesis plantares (plantillas ortopédicas).
Si eres corredor habitual, sin importar en qué nivel te encuentres, debes saber que aunque no es un deporte de contacto, no significa que no se trate de un deporte lesivo. Lo es, lo que pasa es que en el 95% de los casos, las lesiones aparecen por un fenómeno erosivo y no por un impacto (como sucede en disciplinas de contacto como el fútbol, el baloncesto…). Esa erosión a que hacemos referencia viene de una mala pisada.
Si sales a correr media hora a un ritmo moderado, puedes estar autoinfringir 5000 micro-traumatismos a tu sistema locomotor y músculoesqueletico. Si has notado alguna molestia cuando sales a correr, ten por seguro que una mala pisada se esconde detrás, o cuando menos, es un precipitante. No seas demasiado duro contigo mismo. Todas las personas viciamos la pisada a un patrón que no es el ideal. El problema es que eso es patológico y hay que corregirlo. Para que lo entendamos mejor: todas las personas desgastamos nuestra dentadura con el tiempo por la erosión del alimento, por eso, periódicamente hemos de visitar al dentista y revisarnos. Igual ocurre con la pisada. La usamos a diario, a diario la erosionamos, y del mismo modo, periódicamente debemos revisarla.
Cuando una pisada es mala, se convierte en un micro-traumatismo.
Llegados a este punto, como corredor, lo primero que debes plantearte es ¿qué es una mala pisada? Por mala pisada, se entiende toda aquella forma de marcha ausente de la técnica necesaria que hace que el atleta contacte con el suelo de una manera homogénea y repartida adecuadamente con todas las zonas del pie. Por tanto, cuando esto no sucede, es decir, cuando no tienes un dominio de la técnica, tu pie no pisa el suelo como debe.
Frecuentemente atendemos a deportistas que golpean demasiado con el talón cuando -caen- al suelo en el apoyo; en otros casos van corriendo casi de puntillas sin aprovechar toda la propulsión plantar dañando los metatarsianos bajo los dedos… Todo ello por no hablar de los individuos que presentan prono-supinación porque apoyan más la cara interna o externa del pie.
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